Mi futuro profesional

Cuando oigo estas palabras no puedo evitar pensar lo perdida que estoy. Desde hace semanas, meses quizá, ya nos preguntan qué queremos hacer cuando terminemos este curos: bachillerato, algún ciclo formativo... Y yo no sé qué puedo hacer. No es que no sepa que puedo hacer, lo que pasa es que ninguna de las carreras que me han propuesto me atrae demasiado.

A menudo cuando era niña me decían que podría hacer un bachillerato artístico porque se me da bien pintar y dibujar, pero eso implicaría ser arquitecta o artista. No me malinterpretes, me gusta pintar, pero sinceramente lo veo más como un hobbie, no como para dedicar-me a ello y además, no tiene mucha salida en este país según he podido oír, a no ser que pintes muy bien, seas original o te mueras. Prefiero reservar la pintura para ratos en los que necesite un poco de tranquilidad.

A veces he pensado que podría ser médico o enfermera, por la sangre no tiene ningún efecto sobre mí y podría trabajar ayudando personas, pero mi prima está haciendo enfermería y por lo que me ha contado que hace, la idea ya no me ilusiona tanto porque le hecho de tener que levantar gente o limpiarla no me atrae y si se me muriera algún paciente, no creo que pudiera soportarlo.

Mi tía me decía que también podría ser abogada porque tengo mucha sangre fría y soy lista. No es una idea que ya haya descartado, ser abogada podría darme un buen futuro laboral trabajando en bufetes, pero aún debería pensarlo porque son muchos años de carrera y es muy difícil.

Lo que más ilusión me hace en el futuro es poder independizarme, tener un trabajo estable de la carrera que hubiera elegido, si puede ser bien pagado y vivir en un apartamento no demasiado grande, decorado como a mí me guste y ser independiente, no depender de mis padres para que lo hagan todo por mí, porque eso significaría que he crecido y madurado.